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sábado, 6 de noviembre de 2010

Cuando se pierde a un ser querido nos planteamos muchas preguntas y vamos entendiendo los ciclos de la vida, inevitablemente aceptamos que las cosas ocurren independientemente de lo que nosotros deseábamos o esperábamos.
Lo natural es nacer y morir pero cuando a un ser querido le llega la hora, sea como fuere, parecemos no estar preparados, como si fuera algo que nunca pudiera ocurrir, como si estuviera ajeno a nuestra condición de humanos. Cierto día pasa y entonces pensamos en porque no disfrutamos de esa persona, porque no aprendimos de ella, porque…. Muchas preguntas pero la respuesta está muy clara: vive con plena conciencia cada segundo, disfruta cada paso de la vida, y acepta todo lo que ocurra con alegría y buen carácter.


Silencio y paz.
Fue llevado al país de la vida.
¿Para qué hacer preguntas?
Su morada, desde ahora,
es el descanso
y su vestido, la luz para siempre.

Silencio y paz.
¿Qué sabemos nosotros,
Dios y Señor de la Historia,
dueño del ayer y del mañana?
En tus manos están
las llaves de la vida y de la muerte.
Sin preguntarnos, te lo llevaste contigo
a tu morada santa
y nosotros cerramos nuestros ojos,
lloramos nuestro dolor,
después bajamos la frente
y simplemente te decimos:
Está bien.

Silencio y paz.
Se acabó la lucha.
Ya no habrá para él
lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos.
El sol brillará para siempre sobre ély una generosa paz
asegurará definitivamente sus fronteras.

Silencio y paz.
Señor de la vida
y dueño de nuestros destinos,
en tus manos depositamos
este ser entrañable.
Padre de misericordia,
acógelo en tu bondad. Amén




QEPD, Hasta siempre Tío♥ Nos volveremos a ver!

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